Material
Natural

El hombre lleva miles de años trabajando con fibras vegetales (lino, cáñamo, yute, etc.) para fabricar productos que han acompañado su evolución, como cuerdas y velas para barcos, ropa, sábanas, lienzos de pintor, etc. Estas fibras, que durante un tiempo quedaron relegadas por el auge de las fibras sintéticas, se están reinventando y utilizando en nuevas aplicaciones (construcción, materiales compuestos, etc.), siendo su impacto medioambiental muy limitado, tanto en términos de fabricación como de reciclado/compostaje, una auténtica ventaja.

Estas fibras proceden de distintas partes de la planta según la especie: hablamos de fibra de semilla para el algodón, fibra de líber (del tallo) para el lino, el cáñamo, el bambú, el yute, fibra de hoja (de la hoja) para el sisal y fibra de la corteza para el bonote.

Existen 2 tipos de fibras animales: la lana de oveja, o más ampliamente el pelo de animal, y la seda natural.
Estas fibras, y la lana en particular, se desarrollaron con la domesticación de los animales hace varios milenios. Están compuestas de queratina (en el caso de la lana) o fibroína (en el caso de la seda).
Se utilizan 3 métodos para recoger estas fibras:

• Esquilado del animal en el caso de la lana de oveja y camélidos (llama, alpaca, vicuña, etc.), para el mohair (cabra de angora) y la pashmina (de pelo de cabra).
• Peinado o depilación: conejo de angora o camello
• La seda procede de secreciones y se produce a partir de los capullos de orugas de morera. Existen otras fibras más confidenciales, como la seda de araña, extremadamente resistente, o el biso, fabricado a partir de filamentos producidos por ciertos moluscos.