Material
Artificiales y minerales

Las fibras artificiales son fibras químicas derivadas de materias primas orgánicas de origen vegetal (celulosa extraída de plantas) o animal (proteínas). Esta categoría también incluye las fibras minerales derivadas de materias primas inorgánicas.

Algunas fibras textiles artificiales siguen derivándose de fibras vegetales naturales (celulosa de haya, bambú, pino blanco, eucalipto, etc.). Se utilizan diversos procesos físicos y químicos para extraer y aislar la celulosa con el fin de extruirla. Según el proceso utilizado, las fibras obtenidas pertenecen a la categoría de la viscosa (celulosa regenerada) o del acetato (celulosa transformada en ésteres de celulosa). Se explotan en forma de filamentos continuos (rayón) o de fibras discontinuas retorcidas similares al algodón (fibrana).

Otras fibras textiles artificiales proceden de la transformación química o el enriquecimiento de fibras naturales de origen animal o vegetal, como las algas pardas (Alginato o Seacell®), el almidón de maíz (PLA), la caseína láctea (Lanital), el caparazón de moluscos (Crabyon®), etc.

Al igual que las fibras naturales, las fibras artificiales pueden proceder de materias orgánicas (celulosa, proteínas, etc.) o inorgánicas. Es el caso de la fibra de vidrio (sílice regenerada), la fibra de carbono, el basalto y las lanas minerales utilizadas en el aislamiento (minerales transformados).

Esta categoría de fibra se creó en un intento de copiar la seda natural. Ya en 1665, los científicos trabajaban en la composición del líquido segregado por los gusanos de seda, que es la única fibra natural formada por largos filamentos continuos.

Dos siglos más tarde, el tratamiento químico de la celulosa contenida en la pulpa de madera produjo un sustituto de la seda: el hombre había logrado crear una fibra artificial fácil de producir e hilar, y más fácil de mantener que la seda natural. Se llamaba seda artificial antes de rebautizarse como viscosa para evitar confusiones.

Esta tecnología marcó el desarrollo de las llamadas fibras químicas o artificiales, aunque se fabrican a partir de materias primas naturales. Despegó en el siglo XX y el desarrollo de estas fibras se ha disparado en el espacio de un siglo. En 2008, las fibras artificiales representaban alrededor del 8% de todas las fibras textiles.